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sinneuronas

No hay dos sin tres

Ya estamos de vuelta a casa y como regalo de bienvenida, nos esperan un montón de facturas, recibos del banco, folletos con el mensaje más conocido, pero no por ello menos aterrador, de "Vuelta al cole" y un par de panfletos de propaganda de ópticas (estos últimos, a pesar de su aspecto inservible, te van a ser muy útiles para leer la letra pequeña del préstamo que vas a tener que sacar para pagar libros, uniformes y la factura de la adsl que dice necesitar tu hijo para poder estudiar o simplemente para quemarlos y ahorrar en calefacción porque bastantes gastos se te avecinan ya...), todos amontonados en el buzón.

Cuando por fin crees que ha pasado el mal trago y ya solo te queda entrar en casa a descansar, recuerdas que ahora te toca limpiar cada rincón (si lo llegas a saber entras con mascarilla),poner unas 100 lavadoras, en fin, esas pequeñas cosas que te llevarán largo rato.

Al día siguiente toca ir a comprar el material escolar, los libros, los uniformes y un largo etcétera. Te decides, después de mucho pensartelo, a entrar en el centro comercial y observas completamente aterrorizada el paisaje que tienes delante (colas interminables en las cajas, gente que ya ha pagado que parecen recién salidos de un funeral, padres buscando algún uniforme de la talla de su hij@ tirándose de los pelos porque les saldría bastante más barato comprarles un traje de novi@ ...). Llevas horas y horas comprando, ya no recuerdas ni cuando entraste,  y muy a tu pesar, te vas hacia la caja, temías este momento pero tarde o temprano tenía que llegar. Miras pensativa la cara de la cajera, sonríe, debe imaginar lo que se te avecina y demuestra la alegría que se van a llevar sus jefes con la facturación. Por fin cambia de expresión y mirándote con cara de lástima te alarga el ticket y te pregunta: "¿En efectivo o con tarjeta?". Es en ese momento cuando desearías perder la consciencia, pero como no queda más remedio, le alargas la tarjeta.Ella, con cara de desconfianza, se dedica a mirar una y otra vez a tu tarjeta y a tu carnet (como sino fuese bastante garantía de que la tarjeta es tuya lo mucho que te ha costado decidirte a sacarla) y te cobra.

Saliendo del centro comercial sonríes, piensas que ya ha pasado lo peor de volver de vacaciones...

3 comentarios

eva -

valla, además que tienes razón, y todos los años igual, solo que cada año las facturas suben un pelín mas ajaja bueno, besitos y sigue escribiendo, que lo haces muy bien

Tony -

jejeje, que artista y que razon tienes...sigue asi esta muy bien. besos

ivan -

Maaaaaaaaaaaaaaadre mia. No tienes tu imaginación ni nada! Ya te vas pareciendo a mi, jajajajaja. Como te vea el Pablo Motos te ficha pal hormiguero!. Besos y sigue escribiendo, que se pasa uno un rato entretenido leyendote. Muaaaak.